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David Vivancos: "Las empresas capaces de 'datificarse' son las que están incrementando su valor"

David Vivancos: "Las empresas capaces de 'datificarse' son las que están incrementando su valor"

El experto en IA, asesor de empresas y emprendedor en serie acaba de publicar su último libro, 'El fin del conocimiento', en el que reflexiona sobre la nueva sociedad que surgirá cuando las máquinas tengan el poder de la sabiduría

Frente a los augurios apocalípticos que surgen ante el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), David Vivancos abre un debate realista, pero también planta una ilusión: "Tal vez será la manera de conquistar esa singularidad con la que todos nacimos y que hemos perdido al vivir en sociedades que no lo tienen como prioridad". Así lo plantea en su último libro, 'El fin del conocimiento' (septiembre 2023), en el que expone los riesgos y cambios de delegar en las máquinas lo aprendido durante siglos.

Ya en el presente, el experto en ciencia y tecnología analiza cómo la IA está ayudando a las empresas a recuperar su inversión y a acelerar tareas. Hablará sobre emprendimiento, neurotecnología, y 'deep learning' el 5 de octubre (11,30 horas) en el auditorio Víctor Villegas, de Murcia, en uno de los encuentros con expertos que ofrece WIP, la 17 edición del encuentro anual para emprendedores que organiza el INFO.

Cuando se inventaron los libros, o su origen en forma de papiros, los grandes sabios advirtieron de que se acabaría el conocimiento, que ya no estaría en la mente de las personas, sino en esos artefactos. En su libro, 'El fin del conocimiento' advierte del desafío de perder el control del conocimiento y delegarlo en las máquinas. ¿Perdemos las riendas de las ideas?

Muchas tecnologías vinieron después del papel. La información iba a ser ubicua, iba a llegar a muchos sitios, se iba a poder acceder a ella de cualquier forma y gratis en muchos casos, y es cierto que ha sido así. Eso no ha hecho que el conocimiento desaparezca.

La delegación del conocimiento a las máquinas va más allá de lo que históricamente hemos sido capaces de hacer. Fuimos capaces de plasmarlo en papel, después en pantallas, y ahora en herramientas que pueden ir más allá. No solo almacenan conocimiento, sino que generan otro con el conocimiento anterior. La esencia en sí de tener el conocimiento es lo que se pone en tela de juicio.

"Incluso si fuéramos capaces de delegar completamente el conocimiento a las máquinas, si mantenemos viva nuestra curiosidad, todavía podríamos tener mucha sabiduría disponible". ('El fin del conocimiento', Pag 17)

¿La IA va a cambiar nuestro modo de relacionarnos, en la competitividad y la actividad empresarial y comercial?

Por supuesto. Ya empieza a ser factible que una empresa creada y llevada por una sola persona sea capaz de facturar un billón de dólares. Eso no había pasado nunca en la historia de la humanidad. Una sola persona ha sido capaz de utilizar muchas herramientas y facturar 100 millones de dólares, pero llegar al billón se estimaba que no era factible. Una sola persona ayudada de muchas inteligencias artificiales ya es factible. Esa empresa parece que ya ha sido creada. No ha llegado al billón, pero el ecosistema lo hará posible.

Ya lo está cambiando todo. De hecho, las empresas que están siendo capaces de 'datificarse', de convertir en datos todas sus actividades, y luego utilizar algoritmos para aprender sobre esa información, son capaces de obtener mucho más partido. Su valor, ya sea bursátil o no, se incrementa constantemente y así lo he podido constatar con todas las empresas a las que aconsejo.

¿Este fenómeno concentrará aún más la riqueza, y esas empresas unicornio potenciadas por la IA tendrán un poder mucho mayor en el mercado en perjuicio de la parte más vulnerable, que son las pymes?

Sí y no. También existe una gran oportunidad para las pymes e incluso, como decía, para las empresas de una sola persona, de poder competir. Ya llevamos utilizando la palabra digitalización hace muchos años, pero la clave ahora es la 'datificación'. Esas 'startups' o esas pymes tienen algunos datos que no tienen las grandes empresas, y quizá esa sea una forma de competir.

La clave de la competencia para una 'startup' también está en la computación, porque al final la IA está muy relacionada con la capacidad de procesar esa información. Ahí es donde las grandes tecnológicas tienen una ventaja cualitativa importante, que son los grandes centros de computación que no están al alcance de las 'startups'. De hecho, ahora lo que se está mercando, la parte del comercio fundamental ahora es vender la computación, lo que hace Amazon, lo que hace Google, lo que hace Microsoft, etc. es vender a través de sus servicios de nube esta computación, porque esas máquinas son extremadamente caras. Incluso los modelos abiertos de IA que ahora se están publicando necesitan una máquina de varios millones de dólares para poder ejecutarlos localmente sin utilizar esa nube, más un consumo eléctrico de 30.000 o 40.000 vatios. Ese diferencial es lo que puede hacer que se exacerben aún más las diferencias.

"No hay espacio para mejorar si los seres humanos no compartimos el conocimiento con otros seres humanos, y aprendemos juntos en el proceso" (Pag. 39)

Si eres una pyme, ¿qué puedes hacer para aprovechar las ventajas de la IA y no quedarte atrás?

Lo primero, para no quedarte atrás, es estar constantemente actualizado. Ya no vale que aprendieras algo y te olvides. Hay que estar constantemente aprendiendo porque es un mundo que evoluciona muy rápido. Yo llevo muchos años creando IA y miles de horas dedicadas a esto, veo la velocidad a la que avanza. Lo que antes se veía en años, ahora llega en meses o semanas.

Y hay que utilizar las herramientas que aparecen. Ahora el que no esté utilizando ChatGPT o IA Cloud o Bard o cualquiera de las IA generativas textuales va unos pasos por detrás de otras empresas. No quedarse utilizando herramientas ni siquiera de hace un año, sino la más reciente.

En 'El fin del conocimiento' alerta sobre lo que viene, o lo que ya está aquí, para evitar efectos indeseados, como en la ciberseguridad, las lagunas éticas, la reducción o sustitución de puestos de trabajo, ¿cómo prepararnos para el nuevo paradigma?

El fin del conocimiento puede hacerse bien, regular o mal. Hay países y empresas que lo harán mejor que otras. La clave está en la delegación del conocimiento a las máquinas. Cuando el ser humano entiende que la forma de procesar el conocimiento está siendo mejorado por las máquinas, tiene que entender que esa es la vía para continuar ampliando el conocimiento. En esa vía hay que entender que muchos trabajos tradicionales van a desaparecer porque serán realizados por máquinas.

El conocimiento ha sido siempre la base del trabajo. Tenemos un trabajo porque sabemos hacer algo, y esa ha sido la clave de las sociedades. La clave es pensar en cómo se prepara la sociedad en su conjunto, porque estamos ante un cambio de modelo de sociedad. Y se está haciendo muy poco. Hay que poner el foco en cómo cambiamos las sociedades para que no sea un drama, sino una gran oportunidad para liberar uno de nuestros valores más preciados, que es el tiempo.

¿Por qué cambios fundamentales tendríamos que empezar? ¿Por revisar los planes de formación?

La formación es fundamental. Si estamos formando a personas durante cinco años para hacer trabajos que ya no va a encontrar, no es algo muy correcto. Lo fundamental es darse cuenta de que la educación no termina. Tiene que ser continua.

De cara a los puestos de trabajo, hay empezar a pensar en cómo será un mundo con un 100% de desempleo, que puede ser un gran drama si se pone en riesgo la subsistencia de las personas, o puede ser un gran momento de ilustración si las personas están cubiertas y pueden dedicarse a otras cosas. Son cambios radicales, que algunos países ya están planteándose. Otro países van más lentos y se dedican a pensar en asuntos del futuro más cercano.

"Antes de que sea demasiado tarde, necesitamos encontrar nuevas formas de redefinir lo que es una universidad y definir lo que necesitamos tener en esas universidades" (Pag 223)

Según su experiencia sobre cómo están las empresas ya utilizando la IA, ¿qué experiencias le llaman más la atención?

Hay muchas experiencias, también algunas que ponen la coletilla de IA cuando no lo es. Se están usando mucho las analíticas anteriores, la analítica predictiva, la analítica descriptiva para conocer los datos, y veo más aplicaciones ahí, sobre todo en España. En IA se ven algunas cosas, pero sobre todo se usan las herramientas de iA que se compran a terceros, el GPT, el Midjourney o similares, por la etapa que hay ahora de la creatividad de máquinas.

"Si tuviéramos máquinas más justas y equitativas que se encargasen de nuestras sociedades, se reducirían las desigualdades" (Pag 248)

¿Hay alguna aplicación que nos vaya a sorprender pronto?

Los expertos ya trabajábamos con GPT desde hace años. Fue un gran hito y un riesgo sacarlo en diciembre de 2022 como hizo OpenAI, pero hacía falta ver qué se era capaz de hacer. Todo lo relacionado con las redes del lenguaje es uno de los logros, porque es esencial del ser humano y conecta con las redes neuronales. Ahora se ven también muchos avances en la parte visual y todo lo relacionado con la generación de videos a tiempo real cuando los cerebros de las máquinas lo permitan. También es interesante el dominio de las tres dimensiones, es decir, que no solo sean capaces de crear imágenes sino mundos de Realidad Virtual y mundos tridimensionales completos.

El video estará pronto, y también algún tipo de Netflix autogenerado. Si queremos ver una película de romanos en la luna, la IA podrá crearnos ese contenido audiovisual. Vamos a ver esos avances en creatividad.

En ciencia, lo estamos viendo en muchos retos, que con las máquinas llegarán más rápido.

"Tal vez la mayoría de las enfermedades que tenemos ahora podrían ser y probablemente serán curadas gracias al conocimiento que estamos transfiriendo a los algoritmos" (Pag 248)

La IA está impulsando mucho la automatización, que es un proceso muy costoso. ¿Ve que el esfuerzo está teniendo ya repercusión en el retorno de la inversión (ROI)?

Sin duda. La automatización lógica es lo que más rápido va, porque es capaz de hacer procesos que antes requerían de muchas personas y había muchos errores en el traspaso de contenidos de unos a otros. Está teniendo tanto un retorno económico como en la calidad de los datos. Hay muchas técnicas ya, dos o tres pasos por detrás de la IA, lo que son los RPA (automatización robótica de procesos) y RDA (automatización robótica de escritorios), que se utilizan ya mucho en las empresas, porque permite agilizar tareas que eran muy repetitivas manuales.

Donde no estamos tanto es en la automatización de procesos físicos, porque los seres humanos tenemos una gran capacidad de interactuar con el mundo físico y la robótica va a ser importantísimo. En la conferencia donde presenté mi libro hace tres años, 'AI for Good', en Ginebra hace unos meses fue el lugar donde más densidad de robots humanoides había en el planeta Tierra, de 12 tipos distintos. Y de esos vamos a ver muchos, porque cuando el ser humano conquiste el terreno físico a través de la IA por el cerebro y la robótica por la física, se podrán automatizar muchas otras tareas.

¿La financiación y la falta de expertos que marquen el camino a las pymes son los dos principales frenos en el aprovechamiento de la IA en las empresas?

Sin financiación es difícil acceder a las principales herramientas potentes de IA. Y sobre el talento hay dos vertientes. El talento senior, que es difícil competir. Cuando he ido a Silicon Valley (EEUU), he visto que existen las carreras del millón o la carrera de los 800.000 dólares. El talento de este tipo es fácil que fluya de unas empresas a otras. Ese talento senior es complejo de adquirir en España. Y el talento junior está aumentando cada vez más.

Es fundamental que las empresas se dejen ayudar por los que saben más. Crear esos consejos en las empresas en los que participe gente de fuera es importante, porque pueden obtener un conocimiento que nunca tendrían tiempo para adquirirlo de otra manera. Cada 'startup' debería tener su pequeño comité o consejo para estar actualizado en este campo.

"Igual no queda tanto tiempo para prepararnos y entender el impacto que supondrá tener viviendo entre nosotros a seres artificiales que van a ser mejores que nosotros en todo". (Pag 237)

¿Qué tipo de expertos deben integrar esos consejos?

Alguien experto en IA. En España aún no es legal, pero en ese consejo podría estar integrada una IA de asistencia en la toma de decisiones o incluso en la toma de decisiones en sí. En otros países sí es legal.

Perfiles técnicos con experiencia profunda en IA, diversos perfiles en ese campo. También debe haber personas que sepan cómo escalar y cómo crecer, porque hay muchos 'valles de la muerte', no solo está el del primer millón, sino también el de los diez, el de los cien, etc.

Y expertos de dominio del sector en el que se esté, más el experto legal para cubrir el desarrollo.

En su libro habla del negocio de los datos, necesarios para tomar mejores decisiones, pero sustentados aún sobre un terreno de nadie, ¿qué deben hacer las empresas para implantar análisis de datos sin pisar en falso?

Los datos tienen dos vertientes, una es la tecnológica y la otra la de la regulación, para la que es importante tener en ese comité alguien que sepa guiar legalmente qué se puede capturar y cómo hacerlo, según los requisitos de donde operamos, porque Europa es más restrictiva que Estados Unidos, Japón o China.

En la parte tecnológica, hay que averiguar qué no se está capturando, qué se captura y qué se hace con ellos. Hay dos vertientes: la capacidad tecnológica de la empresa para ser propietario de sus datos y la capacidad de hacerlo de manera legal. A veces son terceros los que están monetizando los datos que se han cedido. Hay que ver quién es el propietario del dato.

La personalización es una demanda creciente del consumir, ¿cómo puede la IA ayudar a las empresas a ofrecer experiencias personalizadas a sus clientes?

Si no hay datos, es difícil diferenciar a unas personas de otras, pero cuando ya los tenemos podemos hacer incluso campañas. En una de las empresas de las que soy consejero, aquí y en otros 50 países, puede personalizar la publicidad, la experiencia e incluso el precio.

Si hay que personalizar un producto, que se haga en función de los datos que tenemos.

Ha explorado también el arte electrónico, las nanociencias, la neurocomputación, ¿qué área le parece ahora más emocionante?

La neurotecnología. Si hoy hablamos con ChatGPT o entre dos personas utilizando el lenguaje, imaginemos el día que podamos hacerlo simplemente pensando. Multiplicaremos nuestra capacidad humana de procesar. Es uno de los campos que también se utiliza para la IA y es apasionante.

Las nanotecnologías también lo son, de hecho creé una empresa en 2005, pero es un campo más lento, que requieren de otros aspectos de desarrollo, pero la neurotecnología va a crecer exponencialmente en los años venideros.

¿Qué sectores le parecen ahora más interesantes para emprender?

Toda esa parte física de la IA, la robótica, tiene unos campos abiertos espectaculares. Y en toda la parte cuántica de la IA aún quedan muchos aspectos por desarrollar. Pero ese emprendimiento en la parte física con sus dificultades, porque es cierto que ahí la financiación debe ser intensa y la obsolescencia del hardware es bastante potente, y la multiplicación del hardware también es bastante más difícil que multiplicar bits, pero aun así son campos donde se prevé un crecimiento espectacular.