Javier Fernández, mentor de 'startups': "Hay que adaptarse a las nuevas tendencias que buscará el dinero"
El director de Financiación y Estrategia de 'Startups' en INNOVENTURES CAPITAL señala como sectores en alza el deporte, la salud, los videojuegos, el comercio 'online', la biotecnología y las soluciones digitales para el turismo
¿Cómo están reaccionando los inversores a la crisis sanitaria? ¿Cuáles serán los sectores beneficiados por la nueva sensibilidad del capital? La onda expansiva de la pandemia traza nuevas reglas en el tablero financiero, al que Javier Fernández Gallardo, consultor, directivo y emprendedor con más de 20 años de experiencia, recomienda adaptarse sin perder tiempo.
El formador y mentor de 'startups' conoce bien el mapa emprendedor de la Región y su talento innovador, pero también la torre de marfil de los inversores, desde donde rastrean las nuevas tendencias con más gancho de la era COVID. "Los emprendedores tendrán que ser más hábiles que nunca", aconseja. Después de trabajar en The Boston Consulting Group, Apax Partners, Deremate e Inforges, y de atesorar experiencias como emprendedor, dirige el área de inversión de 'startups' de INNOVENTURES CAPITAL y es socio de la consultora de transformación digital Motivia Business.
Si lograr financiación para emprender un proyecto suele ser la parte más difícil, ¿con la crisis sanitaria se presenta como una misión imposible?
Es cierto que hay una travesía en el desierto paralela a la inversión. A las 'startups' les cuesta relativamente poco cerrar una primera ronda de inversión en Murcia, que suele ser pequeña, de entre 30.000 y 100.000 euros, pero para la segunda ronda -ya de un millón en adelante- les cuesta mucho porque no hay un ecosistema muy desarrollado. Tienen que acudir a inversores profesionales de Madrid y Barcelona, que esperan ver los deberes hechos en calidad de análisis.
Por eso surgió la iniciativa de trabajar como asesores con los emprendedores, para ayudarles a capacitarse para superar esa segunda ronda con una presentación eficaz, que no se puede preparar en la última semana, sino que toda la gestión de las 'startups' tiene que estar dirigida a compatibilizar los objetivos financieros con los del fondo del proyecto. Y más ahora, que el dinero se vuelve más complicado.
Las 'startups' murcianas suelen quejarse de una visión inmovilista en los inversores en la Región, porque les cuesta salir de los sectores inmobiliario y agroalimentario, ¿tiene la misma percepción?
Suelen centrarse en los sectores inmobiliario e industrial. Hay asesores de patrimonio que conducen las inversiones hacia esos ámbitos. Pero estamos en ello para diversificar esa tendencia, aunque la situación es complicada. Tenemos que conseguir que trascienda cada caso de éxito y que se visibilice, porque atrae al inversor.
Por otro lado, también trabajamos en profesionalizar a los inversores, porque a veces toman decisiones con escaso criterio, y eso lo que hace es concentrar demasiadas expectativas que no se cumplen y terminan acumulando malas experiencias. Apostamos por diversificar. No apostar todo a la primera 'startup' que pasa y de la que te enamoras. Nos va a llevar un tiempo, pero ya van surgiendo oportunidades poco a poco.
¿Qué reacciones observa en los movimientos de capital privado en estos momentos de desescalada?
Tenemos una 'startup' en ronda de inversión que acaba de recibir dinero. Los inversores suelen ser personas y empresas que no tienen grandes problemas de dinero, así que el mercado sigue en movimiento. En los fondos de Madrid y Barcelona, que captan las segundas rondas de inversión, ya tienen dinero comprometido para invertir en la gestión de proyectos, después desinvertir y esperar rentabilidad.
Ha habido dos meses de susto, tratando de entender qué impacto tendría la situación en los diferentes sectores, pero creo que va a ir por barrios. Por ejemplo, tenemos una 'startup' de ecommerce que ha triplicado sus ventas, pero es indudable que los restaurantes y la hostelería en general o la música en directo lo van a tener más complicado. El dinero sigue moviéndose, pero con criterios revisados.
Los proyectos innovadores van a seguir, pero no sabemos aún con qué tendencia. El dinero se volverá más prudente, pero también surgen nuevas oportunidades en este tipo de contextos. Por ejemplo, tenemos otra 'startup' que ofrece servicios de registro en hoteles, que tiene muchas posibilidades, pero hay que ver qué pasa ahora con el turismo y hasta qué punto recupera el dinamismo.
Los expertos auguran una crisis financiera encadenada a la sanitaria, cuando aún está fresco el recuerdo de la crisis de 2007, ¿en qué se diferenciará esta?
Son muy distintas. En aquella, lo primero fue una caída combinada del sector inmobiliario y el financiero, cuyos problemas fueron arrastrando al resto de los sectores. La falta de financiación, el endeudamiento de los bancos, la caída del consumo...
Ahora se produce una caída a plomo de algunos casos, como el turismo extranjero, cuando en realidad suele ser un diente de sierra. Esa caída no va acompañada de problemas en el sistema financiero. Las empresas se están refinanciando, aunque subirá la morosidad y los concursos de acreedores. No sabemos aún si la crisis será sistémica y cuál será el impacto en el sector financiero.
Algunos analistas señalan factores que podrían suavizar la caída económica, como el descenso del precio del petróleo y el aumento del gasto público.
Lo que pasa es que España parte de un endeudamiento altísimo. Ya vemos los problemas del Gobierno para que la UE le permita endeudarse más. Es complejo. Y en el consumo, vamos a ver. Va a ir por barrios. La venta de bicicletas ha aumentado un 400%. No sé hasta qué punto la gente ha tomado tanta conciencia y cómo afectará esto a la venta de coches y al consumo de petróleo. Va a haber una contracción del consumo, y hay opciones de ocio barato que pueden dar mucho de sí, desde Netflix hasta un paseo en bici, pero que no generan PIB.
¿Augura una continuidad del 'boom' de la venta 'online'?
Soy optimista con el ecommerce desde que empezó. Ahora sí ha venido para tener un impacto mayor. Hay muchos pequeños comercios que han empezado a abrazar la digitalización para comunicarse con sus clientes, pero sobre todo los grandes. Los consumidores hemos visto lo fácil que es pedir y que te lo traigan a casa, mientras vemos negocios que triplican sus ventas.
¿Los inversores se retraerán hasta el punto de que se ponga en riesgo muchos proyectos de 'startups'?
Seguro que habrá proyectos que no van a recibir financiación que antes sí hubieran recibido. En otro contexto puede que esa 'startup' que se queda en dique seco fuera interesante. Soy mentor de tres 'startups' de agencias de viajes, una de viajes para mujeres, otra para viajes de meditación y otra enfocada al mercado español. Antes tenían buenos presupuestos, ahora hay que ver, pero si alguna empresa trabajaba en vacunas, por ejemplo, tiene unas posibilidades óptimas.
El dinero va a buscar las nuevas tendencias, de modo que las valoraciones cambiarán y serán más restrictivas, así que los emprendedores tienen que ser más hábiles.
¿Les pide a los emprendedores un esfuerzo en adaptar sus proyectos a la nueva situación?
No hay ni que decirlo. El espíritu emprendedor es pivotar, cambiar y adaptarse. Están en el ADN del espíritu emprendedor. Animo a las empresas a adaptar sus proyectos y a las medianas y grandes de la Región a que abran vínculos y hagan alianzas con 'startups'. Todos tenemos la obligación de que nos vaya muy bien sin sentir un segundo de culpa. Los que tenemos la posibilidad de crear riqueza, tenemos que hacerlo.
¿Qué tiene que reforzar una 'startup' para suscitar la confianza de los inversores en una situación como esta?
Cuando se habla de 'startups' se suele hablar más que nada de la idea, pero hay tres pilares importantes: el mercado, el proyecto y el equipo. Los más importantes son el mercado y el equipo. Son los que pueden mejorar la idea. Y ahora el inversor va a poner más en foco en revisar la perspectiva del crecimiento por sectores, pero mirando más a los equipos por su capacidad financiera y su capacidad para reinventarse. Es importante, porque los emprendedores suelen venir del sector tecnológico o del marketing, mientras que el talento financiero es escaso y caro.
¿El temor a la recesión retraerá las inversiones en innovación?
Estas situaciones son más bien una espoleta para adaptarse, y eso es innovar. Es posible que proyectos con mucha incertidumbre se vean penalizados, pero también vemos muchos proyectos innovadores a corto plazo que tienen resultados.
Solemos ver la innovación como un esfuerzo titánico, cuando tenemos cerca centros tecnológicos, universidades y otras empresas que nos pueden ayudar a intentarlo. Hay que ejercer ahora una innovación inteligente, de guerrilla.
¿Qué plazo da para que el mercado aplaque la volatilidad y dé más signos de estabilidad para los inversores?
Depende del sector. En todo lo que tenga que ver con el turismo, hasta que no pase el verano no veremos clara la situación, pero en general creo que entre 3 y 6 meses para ver mayor confianza. Otros necesitarán un año para inversión de capital. En el sector alimentario sí continúa. En el ecommerce hay que ver cuánto de ese potencial se queda tras la crisis sanitaria.
¿Se secará aún más la entrada de capitales extranjeros en 'startups' de la Región?
No ha habido grandes casos de inversión extranjera en 'startups'. Está aún muy verde. Hemos visto el caso de un fondo israelí, y algún proyecto con dinero europeo, pero pocos casos. Las empresas que se ven fortalecidas por su capacidad de gestión tendrán más posibilidades.
Tenemos una empresa en el CEEIM, Sons of a Bit, que ha quedado finalista en los premios más importantes del mundo sobre realidad virtual y realidad aumentada, los XI Auggie Awards 2020. Ese nivel de visibilidad juega a su favor. Las grandes tecnológicas del mundo manejan dinero con facilidad y, si el sector sigue creciendo, tienen buenas perspectivas.
Si el dinero se vuelve ahora más inteligente, ¿hacia qué perfiles y qué sectores pondrá el ojo?
El sector del videojuego puede ser uno de ellos porque es ocio 'online' y tenemos iniciativas con mucho talento en la Región. También todo lo que tenga que ver con el comercio electrónico. Tenemos 'startups' muy atractivas, como Connectif para el comercio 'online'.
El tema de la salud y el deporte, así como el deporte en casa, van a recibir un impulso también. Dentro de nuestro maravilloso sector primario, que seguirá siendo muy fuerte, hay proyectos interesantes. También vemos 'startups' de biotecnología, que es un sector que tendrá mucho trabajo por el aprovisionamiento de maquinaria y demás productos por parte de otros países.
En sectores como la hostelería y el turismo, destacan los proyectos que buscan soluciones adaptadas, como la 'startup' que registra reservas de mesas de última hora con cartas digitales, o Lock Up, que permite acceder a tu habitación de hotel con tu móvil y va espectacularmente bien. Tenían presupuestos pasados a cadenas hoteleras, que de pronto han querido actualizarlos porque entran en las nuevas condiciones que necesita el sector turístico.
Otra que ha triplicado sus ingresos es la tienda vegana Vegaffinity. Ha incorporado a muchos clientes nuevos, a los que puede ahora fidelizar.
¿Qué recomienda a las pymes, que no alcanzan el olimpo de los grandes como Zara o Mercadona, pero generan el 78% del empleo?
Depende del sector. Al pequeño taller de metacrilato le va ahora fenomenal vendiendo pantallas. Cada uno tendrá que buscar su hueco en el nuevo escenario. Los restaurantes tendrán que incorporar medidas y, si no pueden instalar mesas suficientes para cubrir gastos, incorporar el reparto a domicilio.
Hay que poner al cliente en el centro más que nunca. Escucharle. A veces perdemos esa capacidad. El pequeño comercio debería estar ya anotando los teléfonos de sus clientes para hacer grupos de 'Whatsapp' y enviarles información. Hay que estar muy pendiente de las tendencias y los cambios. Ya nos reinventamos con la anterior crisis y ahora muchos aprovecharán la experiencia.
El sector turístico va a tener que cambiar mucho su modo de trabajar, pero tiene un activo y es que la Región ha sido especialmente bien parada en la epidemia y eso nos pone en una buena situación de partida. Además, tenemos mucho talento emprendedor y una gran capacidad de innovación para lograr metas si fomentamos el trabajo en equipo.