El Centro del Plástico y el Calzado prevé generar su propio material biodegradable con tecnología propia en tres años
VISITA AL CETEC: "Murcia puede convertirse en el Silicon Valley del plástico", afirma su director, Rafael Losana
"El plástico es actualmente imprescindible para la vida de la humanidad. No podemos vivir sin él, pero no lo queremos a nuestro lado. Está proscrito", destapa Rafael Losana la contradicción latente que la sociedad actual mantiene con el material más versátil y presente en la vida diaria, aunque no sin un una costosa factura. Según National Geographic, la contaminación plástica causa pérdidas anuales por más de 13.000 millones de dólares solo en los ecosistemas marinos, y los expertos estiman que el peso del plástico en los océanos superará al de los peces para el año 2050.
Los datos sobre la presencia y los efectos de este material maleable incluso en el aire o en la cadena alimentaria, dan idea de la trascendencia de las investigaciones que llevan a cabo en el Centro Tecnológico del Calzado y del Plástico de Murcia, situado en Alhama. Como muestra, los resultados finales del proyecto BIOMULCH, que ya se experimentan en el cultivo de fresas en Lepe (Huelva). Donde antes se acumulaban los acolchados plásticos agrícolas abandonados en el campo, ya prueban el nuevo material con polímeros biodegradables que se disuelve por completo en la tierra solo con el riego y la acción natural de las bacterias del terreno. "En producción de plástico biodegradable para la agricultura vamos a hacer mucho ruido", advierte Losana, quien confía en que "Murcia puede ser el Silicon Valley del plástico".
En la PLANTA PILOTO de este centro con 25 años de historia -segundo de España en antigüedad en el sector del calzado-, un equipo de 16 profesionales, entre ingenieros, químicos y biólogos, lleva a ebullición las investigaciones más avanzadas en lograr materiales más ecológicos. "La mayor parte de los recursos en investigación se destinan actualmente a la sostenibilidad. Seguimos a la búsqueda del material perfectamente biodegradable", señala el director del Cetec.
Su objetivo es "lograr la excelencia en generar una tecnología propia que nos labre un prestigio y sirva de motor para desarrollar otros nuevos proyectos y que ese conocimiento llegue a las empresas". A las compañía les llegan los nuevos hallazgos procesados, digeridos y convertidos en paquetes aplicables a cada función. "No impartimos formación ni somos fuertes en dar servicios ajenos a la actividad del I+D, ya que nuestra razón de ser es generar TECNOLOGÍA PROPIA, innovadora a nivel mundial, que al mismo tiempo que genere una ventaja competitiva a nuestras empresas, las libere de la esclavitud de pagar a otros los derechos de uso de una tecnología que necesitan para crecer", expone el ingeniero y responsable del Cetec.
Basta imaginar el beneficio que obtendrán los agricultores -y el ecosistema- con productos nacidos en su laboratorio, como el bioplástico elaborado con material orgánico, que no solo se degrada en el suelo, sino que se puede fabricar adaptado a cada tipo de cosecha para obtener el mayor rendimiento de la planta.
"Hay UNA INQUIETUD SOCIAL por reducir los envases plásticos alimentarios", señala Losana, quien apunta a la elaboración de bolsas biodegradables para los vegetales como una de las infinitas aplicaciones que ya demanda el consumidor. "Será una enorme revolución, aunque la investigación aún está en fase incipiente", destaca.
En fase de despegue se encuentra también el proyecto VALUE-RUBBER, que coordina y lidera el Cetec dentro del programa Horizonte 2020, que financia planes de investigación e innovación en el contexto europeo. Con la Universidad Politécnica de Cartagena, una empresa española, otra belga y una tercera francesa, crearán en los próximos dos años una tecnología capaz de reciclar el caucho de los neumáticos de automóviles. Puede que resulte complejo comprender el proceso de la 'desvulcanización' del caucho, por el que se lograría devolver a un estado virgen y reutilizable un material que hasta ahora era de un solo uso, pero cualquiera puede evaluar su alcance si recuerda el incendio del cementerio ilegal de neumáticos de Seseña (Toledo) hace dos años, y sus consecuencias ambientales y sociales. "Resolvería un problema colosal", asegura Losana. La Comisión Europea ha aportado casi dos millones de euros para la investigación, una financiación que supone en sí misma una victoria para el Cetec, ya que "el nivel de competitividad es salvaje", comenta el director.
FINANCIAR LA INNOVACIÓN se convierte en uno de los caballos de batalla de los investigadores, ya sean públicos o privados, por lo que el Centro Tecnológico de Alhama trata de "aunar las capacidades internas con el potencial de las empresas, que en la Región son magníficas", indica Losana. Cuando la misión consiste en costear proyectos de varios millones de euros "hay que buscar en Madrid y en Bruselas", sabe el director. Los técnicos del Cetec ya son expertos en avanzar "por las convocatorias más complejas, las más duras, pero que son las que aportan las cantidades mayores y, aunque la competencia es menor, suele ser fuerte y de una elevadísima calidad científica".
Con un presupuesto anual de 1.100.000 euros, el Centro de Alhama (uno de los 9 que funcionan en la Región coordinados por el INFO) recibe un 30% de sus fondos de la Comunidad Autónoma, otro 30% de los programas financieros nacionales y europeos, y el resto de las empresas. Los centros tecnológicos funcionan como entidades autónomas y no tienen ánimo de lucro. La pujanza del sector del plástico y el calzado ha generado un conglomerado de casi 70 pymes y empresas asociadas al Cetec, que se convierte en su eje de investigación y competitividad en los mercados, cada vez más dinámicos y exigentes. Para 2020, el director confía en elevar su presupuesto hasta los 1.300.000 euros.
Para IMPULSAR AÚN MÁS LA INVESTIGACIÓN del Centro, han puesto en marcha este año una 'spin off' que comercializará en los mercados exteriores la tecnología generada en sus laboratorios con el fin de obtener una vía más de ingresos para abrir nuevos proyectos innovadores. "Estamos maduros. Llevamos ya 25 años dando guerra y esa experiencia nos permite aspirar a comercializar nuestra tecnología", explica el responsable, quien ve viable el objetivo de "ser autosuficientes. Nos queda relativamente poco".
El ingeniero sevillano conoce el Centro como un relojero su maquinaria, ya que lo dirige desde 1991, cuando se inició el proyecto, aunque el centro abrió sus puertas en 1994. "Me gustan las máquinas. Soy un loco de la ingeniería", reconoce Losana, quien advierte de "la complejidad de competir en investigación en un mercado tan cambiante. Es muy difícil mantener la pisada".
Las continuas exigencias hacen necesario "más equipamiento científico" y la incorporación de nuevos talentos que aporten una visión complementaria. "Acabamos de incorporar a una doctora en Biología", explica el director del segundo centro tecnológico de España más veterano en investigación del calzado, el sector al que se dedicó en exclusiva en sus inicios.
EL CALZADO no ocupa un ámbito menor de investigación para el Cetec, a pesar de que la demanda social por buscar soluciones a la eliminación de los plásticos ha imprimido una mayor velocidad a este tipo de proyectos. Influye además la cantidad de proyectos de innovación realizados en años anteriores alrededor del calzado de yute, una línea de producto en la que Murcia "es el mayor polo nacional, seguida por La Rioja", indica Losana.
Suelen ser los mercados los que imponen, sin embargo, su ritmo. "Es un sector fluctuante, marcado por las tendencias de la moda", señala el director sobre la curva ascendente de los últimos años en las ventas. "En 2015 comenzó a subir la demanda de calzado de yute, que continuó al alza en 2016 y que en 2017 fue colosal. No había capacidad para servir toda la demanda, aunque en 2018 experimentó un final de tendencia", expone el experto, quien espera "una moderación en las ventas" durante este año y "un nuevo 'boom' para 2021".
"Es un zapato intemporal y bastante eterno, pero siempre tiene demanda.
Ante el ENFRIAMIENTO del mercado del calzado de yute, Losana abserva dos posibles reacciones empresariales: "O diversificar, lo cual es complicado por la competencia que hay en calzado de otros materiales y porque requiere una fuerte inversión, o aquilatar efectivos y prepararse para el repunte de la demanda". Destaca "el atractivo que tiene el calzado murciano en China, Corea y Japón", aunque cree que "nos falla el objetivo de prestigiar nuestra veteranía y recuperar la imagen de calidad y maestría".
¿Tiene aún margen el sector del CALZADO para ampliar su capacidad innovadora? El ingeniero industrial cree que "sí, pero sin interferir demasiado en la naturaleza artesana del producto". "Hay campo para asegurar la perdurabilidad de la fibra vegetal", responde Losana, aunque otra vía de investigación de potencial incalculable se abre paso en el Cetec:
"Ya trabajamos en obtener de la planta del yute, que es familiar directo del cáñamo, elementos activos físicos útiles para la farmacopea, la alimentación y la nutrición, e incluso las aplicaciones terapéuticas". Un nuevo salto adelante para un sector que vive "en continua evolución dentro de la tradición".