El Centro de la Energía lidera el reto europeo de transformar biorresiduos en proteínas alimentarias
Del antiguo embudo que usaban antaño los tenderos para rellenar las botellas vacías de vino, aceite o leche, hasta las hiperplastificadas lechugas de los supermercados actuales, ha pasado un soplo de costosa modernidad. "Solo tenemos un planeta tierra y, si seguimos con el modelo de producción actual, en 2050 serán necesarios los recursos de tres planetas como este. Es necesario un cambio de modelo", explica Gemma Castejón, directora del Centro Tecnológico de la Energía y el Medio Ambiente.
La consigna que recorre ya las plantas industriales es la de reducir los residuos para aprovechar su valor. "En Europa se generan 120 millones de toneladas al año de residuos orgánicos, cuya separación del resto de los desechos va a ser obligatorio, y el reto está en transformar el problema en una oportunidad", señala la responsable del Cetenma. Y recuerda que "este objetivo plantea a su vez dos retos: el tecnológico y el de la concienciación ciudadana".
EL VALOR DE LOS DESPERDICIOS
Es un gesto cotidiano: cada día arrojamos al cubo de la basura miles de kilos de residuos sólidos que pueden tener un nuevo valor en el mercado. Con esa misión funciona el proyecto VALUEWASTE, que trata de transformar la fracción orgánica de los desperdicios en productos de alto valor añadido en el mercado, como son las proteínas para alimentación humana y animal.
El equipo que forman los especialistas del Cetenma y sus socios europeos en el proyecto financiado por el programa europeo Horizonte 2020 también tratan de recuperar nutrientes para fabricar biofertilizantes. Para obtener proteínas de fuentes sostenibles utilizan procesos que imitan a la naturaleza, como la cadena de valor a cargo de Entomo Agroindustrial, que emplea insectos para la transformación de los residuos. "Vamos a demostrar que es seguro como complemento alimentario", indica Castejón sobre lo que supondrá un hito para la investigación y un valor transformador en el mercado alimentario.
CIUDADES CON CONCIENCIA
Con otros 22 socios de 10 países europeos, el Cetenma participa en un proyecto de innovación para que en 8 ciudades se implanten procesos de aprovechamiento de los lodos de las aguas residuales y de los residuos orgánicos como biorrecursos. Serán las semillas de las ciudades europeas del futuro, cuando el agotamiento de los recursos obligue a aplicar métodos de bioeconomía. Una plataforma digital expondrá y permitirá transferir las experiencias a una extensa red de ciudades. El proyecto HOOP cuenta con un presupuesto de 9 millones de euros, de los que 8 millones los aporta la Comisión Europea.
Obtener harinas de insectos para piensos de acuicultura, depurar aguas residuales para el riego, reducir las emisiones de las cadenas de transporte y buscar métodos contra la pobreza energética son algunos de los objetivos que marcan los numerosos proyectos en los que participa el Cetenma.
LA ENERGÍA EN TRANSICIÓN
Desde Cartagena, esta ingeniera industrial capitanea un equipo de 26 titulados -el 35% doctores- que investiga con la filosofía de la economía circular para ofrecer soluciones de mercado a las empresas murcianas, sobre todo relativas al tratamiento de aguas, energías renovables, aprovechamiento de residuos y, la principal carrera del momento: eficiencia energética.
Con el sector de la energía actualmente en ebullición por la guerra de Ucrania y su impacto en la distribución del gas ruso -la materia prima que emplean las centrales de ciclo combinado y que marca el precio del mercado marginalista en la mayoría de las horas-, no es este el único factor en mutación.
Los directivos de las empresas se enfrentan a la necesidad de optimizar los procesos para reducir los consumos industriales y las emisiones de carbono, sin perder de vista la conversión hacia las renovables. Un desafío al que no se le ve el fin.
En este reto lleva inmerso el Cetenma "muchos años para mejorar la eficiencia energética, pero ahora con el alto coste de la energía y las ayudas Next Generation, hay un interés mayor", explica Castejón. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha confirmado recientemente sus tres ejes para afrontar la crisis energética: diversificar el suministro de combustibles fósiles para reducir la dependencia de Moscú, acelerar las inversiones "masivas" en energías renovables e impulsar mejoras en eficiencia energética.
UN RETO PARA LA REGIÓN
"Eludir el aprovechamiento de los recursos puede llevar a una empresa a verse bloqueada o con serias dificultades para lograr materias primas en el futuro", advierte la experta. "Es un desafío del planeta, no solo de las empresas", defiende, "aunque las empresas no podrán depender para siempre de recursos no renovables".
Su valoración sobre la situación de la Región en materia de eficiencia energética y renovables "es bastante positiva". "Ha habido muchas aportaciones de financiación y convocatorias para avanzar en estos objetivos", señala.
A favor, las empresas cuentan con los servicios de este centro tecnológico, que funciona "como un departamento de I+D de las pymes que no tienen medios propios", explica Castejón. Desde el Cetenma asesoran a las empresas a obtener fondos para que incorporen sistemas sostenibles, como el Cheque Innovación del INFO.
Por su parte, "las grandes empresas ya están en ese reto, aprovechando los recursos, analizando cómo ser menos dependientes y experimentando en simbiosis industrial: ofrecen sus residuos como materias primas para otros procesos", asegura Castejón.
Para engrasar el despegue de esta filosofía circular, cree que en la Región "hace falta más coordinación público-privada y entre las empresas". Apela al modelo europeo de simbiosis industrial, en el que el acceso a los subproductos industriales por parte de otras empresas o de laboratorios es más fluido.